miércoles, 8 de septiembre de 2010


Ronald Rodríguez

Pintor uruguayo nacido en 1929.
Estudiante de Ingeniería, docente de Matemática en Educación Secundaria.
Trabajó como empresario rural y a partir del año 2007 incursiona en la plástica, datando la mayoría de sus obras desde ese año.
Ha cultivado el paisaje empleando una paleta clara, de colores vivos y perfiles nítidos.
Sus trabajos con la figura humana apelan a la sensibilidad del espectador, alejándose de lo anecdótico para destacar con ayuda de fondos de gris sensaciones de abandono, de olvido o de dolor como se da entre los que pagan por conservar la vida.
Algunos de sus cuadros, no figurativos, sólo son formas, colores y ritmos insolublemente ligados entre sí.
Ha trabajado también con elementos plásticos mínimos. Tales trabajos deben quizá interpretarse como comentarios sobre el reduccionismo en el arte.


Juana de Ibarbourou

(Melo, Uruguay, 1895 - Montevideo, 1979) Poetisa uruguaya, considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX. Llamada originalmente Juana Fernández Morales, a los veinte años se casó con el capitán Lucas Ibarbourou, del cual adoptó el apellido con el que firmaría su obra.

Tres años después se trasladó a Montevideo, donde vivió desde entonces. Sus primeros poemas aparecieron en periódicos, principalmente en La Razón, de la capital uruguaya. Comenzó su larga travesía lírica con los poemarios Lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), todos ellos muy marcados por el modernismo, que expresó con abundancia de imágenes sensoriales y cromáticas, alusiones bíblicas y míticas, aunque siempre con un acento singular.


Joaquín Torres García (Montevideo, 1874-1949) Pintor uruguayo, considerado uno de los artistas uruguayos con mayor proyección internacional. En su juventud, Torres García se había trasladado a España junto con su familia. En Barcelona se integró en el grupo de intelectuales catalanes liderados por el pensador Eugenio D´Ors, quien afirmaba que Cataluña estaba llamada a continuar en el siglo recién comenzado la tradición clásica y humanista de la cultura mediterránea, retomando las formas e ideas de la antigüedad griega. Imbuido de estas tesis, Torres García pintó en el salón de San Jorge de la Diputación de Barcelona varios murales, hoy desaparecidos, que representaban imágenes de una mítica Arcadia con figuras humanas de porte clásico.


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